Entre iguales
Os extraña escuchar hablar de las exigencias
del dolor de un amor no correspondido
por quienes os empujan a sufrir el vuestro.
Si abrís la piel con la misma pasión,
el mismo respeto
y el mismo miedo
de los que utilizan un carruaje distinto,
¿por qué los besos, las caricias o el roce de las miradas
han de ser invisibles?
Cuatro paredes no es espacio suficiente para amar.
Las ventanas tienen que estar abiertas
para gritar: te quiero.
Nadie debería comprar la mercadería
que quemó a Galileo.
En la evolución,
no hay lugar para el fatalismo.
