Bailar
Un cortocircuito del prestado equilibrio
que te sostiene,
te aleja del abrigo de las costumbres.
Te cuesta imaginar algo así.
Nadie está preparado para esta forma de derrota
que coloca la sordina sobre las ganas de bailar
en un nuevo escenario
cuyo mecanismo de encendido-apagado
queda en manos del enemigo de la alegría.
Hará falta un ímpetu insobornable
en la piedra de cuerpo para ver el mar desde la ventana.
La protección de los sentidos desatados
llevarán más lejos que cualquier oración.
No habrá un último sorbo de despedida
ni se abolirán los trucos que añadan
una nueva luz de zarza al oscuro laberinto
de ese cuerpo donde ahora estás atrapado.
Inventar a Dios con los ojos en las estrellas,
impedir que la resina del sobresfuerzo
te apuñale la esperanza,
y abrazar la música con idea de desprenderte
de la ropa mojada que te atenaza
serán tus mejores aliados en esta batalla
que merece la pena combatir.
Un comentario
Removedores versos que ahondan en el espíritu de la danza: la exteriir y esa intrrior que nos lleva en giros a la continua ascensión por entre nuestras posibilidadesvitsles y poéticas. ¡Fuerte abrazo, amigo y colega Antonio!