Amores nocturnos

Hace tiempo que dejé la noche para las cuestiones de amor.

Los amores nocturnos son proclives a la desesperación. Te inventas un personaje, le exiges al amado que lo represente y cuando se niega, te preguntas por qué la soledad es menos dañina.

Mi última relación la conocí a la luz del día. Trabajaba de institutriz y yo era el primer hombre en su vida.

Me abandonó por un idilio pasional bajo la luna.